Lunes 10 de junio de 2024
La envejecida red eléctrica de Estados Unidos, construida en los últimos 100 años, está a punto de dar el salto al siglo 21 al tiempo que la Administración Biden se esfuerza por satisfacer una próxima explosión de nueva demanda de energía.
Para elevar la capacidad de la red, la Administración está presionando para incrementar la eficiencia de las líneas eléctricas existentes con nuevas tecnologías. Las actualizaciones son mucho más baratas y rápidas que los grandes proyectos de transmisión eléctrica, que a menudo están plagados de trámites burocráticos y pueden tardar años en construirse.
En Illinois, Algonquin Power ganó una subvención de 42.9 millones de dólares para instalar dispositivos que redistribuyen automáticamente la energía cuando las líneas están sobrecargadas. Dominion Energy de Virginia obtuvo 33.7 millones de dólares para un proyecto que incluye dispositivos que le permitirán ajustar la distribución de energía en respuesta a las condiciones cambiantes de la red. Los fondos son parte de un programa de 3.5 mil millones de dólares para proyectos que el Departamento de Energía lanzó en octubre con el fin de reforzar la red.
"En realidad necesitamos cosas que puedan cocinarse ahora mismo, de inmediato, muy, muy rápidamente, y la manera de hacerlo es mediante el despliegue de tecnologías que mejoren la red", dijo Ali Zaidi, asesor climático nacional de la Casa Blanca, en un evento en Washington. D.C., la semana pasada.
Zaidi hizo estas declaraciones el mismo día que la Administración Biden lanzó una iniciativa con 21 Estados, incluyendo California, Michigan y Nueva York, para elevar la capacidad de las líneas eléctricas existentes.
Los planes se adelantan a un aumento anticipado en la demanda de electricidad, impulsado por una ola de vehículos eléctricos hambrientos de energía y nuevos centros de datos para tecnología de inteligencia artificial. Se trata de un cambio respecto a las últimas dos décadas, cuando la demanda estancada dio a las compañías eléctricas pocos incentivos para modernizar sus sistemas.
Ahora las empresas de servicios públicos están buscando formas relativamente rápidas de aumentar la capacidad.
"Las cosas han cambiado rápidamente", afirmó Jørgen Festervoll, director ejecutivo de Heimdall Power, una empresa noruega que fabrica sensores que ayudan a optimizar la distribución de electricidad.
En Minnesota, un proyecto piloto de Great River Energy demostró que los sensores de Heimdall podrían incrementar la capacidad de transmisión en aproximadamente un 40%. Conocidos en la industria como "bolas mágicas", los sensores miden en tiempo real cómo las condiciones climáticas y otros factores afectan las líneas eléctricas. Por ejemplo, cuando sopla el viento las líneas eléctricas están más frías, lo que permite una mayor capacidad.
Los sensores permiten a Great River ajustar la cantidad de energía que transmite a través de las líneas, un sistema conocido como clasificación de línea dinámica. En marzo, la empresa de servicios públicos dijo que planeaba instalar 52 sensores más, lo que lo convertiría en el proyecto de clasificación de línea dinámica más grande de Estados Unidos.
"No es una solución de bala de plata, pero sí aumenta la capacidad", señaló Priti Patel, vicepresidenta de transmisión de Great River.
Otra forma relativamente barata y rápida de aumentar la capacidad: reemplazar las líneas eléctricas existentes con cables de alto rendimiento. Su adopción a gran escala podría ayudar a cuadruplicar la capacidad de transmisión de Estados Unidos para el 2035, de acuerdo con un reporte de la Universidad de California, en Berkeley, y GridLab, una firma consultora de energía.
La red eléctrica de Estados Unidos ya se está viendo bajo presión por condiciones climáticas extremas alimentadas por el cambio climático. Se anticipa que ese estrés empeore a medida que se dispare la demanda de energía, con la Administración Biden planeando gastar miles de millones de dólares para fomentar la adopción de vehículos eléctricos y bombas de calor, que deben conectarse a la red eléctrica.
También será necesaria una mayor capacidad para manejar crecientes cantidades de energía eólica, solar y otras energías renovables. Los planeadores de redes duplicaron recientemente sus pronósticos de crecimiento general de la demanda en los próximos cinco años, de acuerdo con Grid Strategies, una firma consultora del sector energético.
Se necesitarán nuevas líneas de transmisión para manejar ese aumento, y la Administración Biden está trabajando para reducir la burocracia para proyectos así, cuya construcción puede tardar una década o más. Pero también será clave actualizar la red eléctrica existente.
En Illinois, Algonquin Power recibió una subvención federal para aprovechar una startup llamada Smart Wires, que fabrica dispositivos que transfieren automáticamente la energía de los cables sobrecargados a líneas infrautilizadas. En el pasado, el cambio de energía entre líneas era realizada en su mayoría manual e ineficientemente, señaló Ted Bloch-Rubin, director de desarrollo comercial de Smart Wires.
A medida que avancen estos proyectos, más compañías de servicios públicos y reguladores comenzarán a acoger las tecnologías, indicó Eric Holdsworth, director administrativo de energía limpia y política ambiental en el Edison Electric Institute, un grupo comercial de compañías eléctricas.
"Sabemos que tenemos que poner en práctica las nuevas tecnologías", aseveró.